El Legado de Gaudí fuera de Cataluña: El Capricho de Comillas y la búsqueda del Sol (Parte 3/3)

   La entrada de esta quincena la voy a dedicar a cerrar mi "Ruta por el legado de Gaudí fuera de Cataluña". Se trata de un recorrido por tres edificios que diseñó el genial arquitecto fuera de su amada tierra pero que curiosamente están lo suficientemente cerca como para poder hacer la ruta tranquilamente en un agradable fin de semana, ya que la mayor distancia entre estos singulares edificios es de apenas unas 3 horas y media en coche.

   En la Parte I de la ruta conocimos La Casa Botines en León, una casa de estilo modernista que fue ingeniosamente diseñada como edificio de vivienda y de negocios. En la Parte II nos acercamos a Astorga para ver esa maravilla que es el Palacio Episcopal, que a pesar de su nombre nunca fue utilizado para tal fin. Y en esta entrada nos vamos a desplazar hasta la localidad cántabra de Comillas para descubrir un edificio que no os dejará indiferente, El Capricho de Gaudí ...


   Este curioso edificio en realidad se llama "Villa Quijano"  ya que fue el indiano Máximo Díaz de Quijano quién ordenó su construcción para ser utilizado principalmente como residencia de verano allá por el 1883. Y pasear por el edificio, no sólo es descubrir los inicios de Antonio Gaudí como arquitecto, sino también del enigmático señor Quijano...¿se apuntan?...

   En primer lugar os diré que se trata del primer edificio, junto con la Casa Vicens en Barcelona, de la carrera de Gaudí y por tanto el arquitecto debía mostrar toda su valía si quería ser alguien en el mundillo. El problema es que ambos proyectos surgieron a la vez, por lo que Gaudí no tenía tiempo de desplazarse a Comillas para llevar personalmente las obras, limitándose sólo a su diseño y supervisión... algo más que suficiente si te llamas Antonio Gaudí, aunque tengas sólo 31 años. (sí, sé que están pensando..que asco dan las personas así jajaj)

   De hecho os sorprenderá si os digo que Gaudí, que se sepa a ciencia cierta nunca visitó Comillas, y que tampoco llegó a conocer en persona a Máximo Díaz Quijano. 

   Imaginaos que os encargan diseñar un edificio completamente a ciegas ¿qué haríais?...pues supongo que lo mismo que hizo Gaudí, recopilar datos, datos y más datos y en base a esta información, aplicar el genio y el ingenio, cosa ya sólo al alcance de los elegidos.

   Por ejemplo, Gaudí sabía que los terrenos estaban situados a 1 kilómetro escaso del frío mar cántabro y del poderoso viento del norte, además el terreno caía en pendiente hasta el mar por lo que estaba desprotegido.  Por esto diseñó la casa con forma de U para proteger la zona norte de la casa con una fachada sólida sin entradas...

  ...mientras que la zona sur, un área más reservada de la casa quedaba abierta, cosa que Gaudí aprovechó para conceder un "capricho" a Máximo Díaz de Quijano. Y es que el señor Quijano era un gran aficionado a la botánica y coleccionaba plantas exóticas, principalmente especies traías de ultramar, donde hizo su fortuna. Por eso, Gaudí instaló en esta zona un invernadero, no sólo como espacio de ocio ideal para el señor Quijano, sino también como solución para distribuir la luz y el calor por toda la casa...

   Otro de los datos con lo que contaba Gaudí es que sabía que en Cantabria había que aprovechar al máximo el Sol, que por estas tierras se suele mostrar más bien tímido y por tanto necesitaba encontrar un modo de sacar el máximo partido a la luz y el calor emitido por el astro rey.

    Pues bien, ¿qué creen que hizo Antonio Gaudí?...pues distribuyó las habitaciones de la casa conforme a la rotación del Sol, de forma que a medida que avanzaba el día y el señor Quijano fuera realizando sus actividades cotidianas, siempre se encontraría en una habitación bañada con luz solar. Me explico mejor, ¿cuál es la primera habitación donde solemos comenzar el día?...normalmente el dormitorio ¿verdad?, pues bien Gaudí dispuso la habitación principal en la zona Este de la casa que es precisamente por donde sale el Sol.
    Fíjense en el espectacular techo y en su decoración realizada en hierro y madera tropical...en este sentido el señor Máximo Díaz de Quijano no reparaba en gastos..

   Sin embargo, antes de seguir, es importante que sepan que El Capricho estuvo abandonado desde el final de la Guerra Civil hasta que fue comprado por una empresa en 1988 que lo transformó en un restaurante, por lo que en la visita podemos disfrutar del diseño, de la distribución de las habitaciones, los techos, suelos, vidrieras y otros detalles gaudianos, pero nada del mobiliario de la época por ejemplo.

   En fin, sigamos avanzando en nuestra búsqueda de la luz, y os vuelvo a preguntar ¿qué es lo segundo que hacen en el día después de despertarse?...está claro que ir al baño, así que Gaudí dispuso la Sala del Baño en una habitación al lado del dormitorio.

   El baño es la única estancia de la primera planta que no comunica directamente con el corredor central (donde está el invernadero) otorgándolo mayor privacidad. Estaba distribuido por zonas con diferente decoración, la que ven en la foto es la zona de la bañera y como ven Gaudí recubrió las paredes con azulejos para evitar la humedad, pero también hay un vestidor y un inodoro escondido tras la puerta, aunque ,si hay algo que destaca rápidamente son las vidrieras...


   Probablemente las que están viendo son las primeras vidrieras diseñadas por Gaudí y en ellas podemos descubrir otro pequeño capricho que el arquitecto concedió al señor Quijano. Veréis, Máximo Díaz de Quijano era un gran aficionado a la música, no sólo escucharla sino que también llegó a componer piezas musicales a nivel amateur. Así que Antonio Gaudí diseñó estas vidrieras mezclando las dos pasiones del señor Quijano, la naturaleza (esta pasión la compartía con Antonio Gaudí) y la música, y por ello podemos ver un pájaros sobre un órgano o una abeja tocando una guitarra. Por cierto, la abeja era el animal que más admiraba Gaudí ya que consideraba que construían la figura perfecta, el hexágono, y si se fijan en la vidriera los verán. También hay hexágonos en otras partes de la casa como en algunas rejas.

   Sigamos avanzando persiguiendo al Sol y ahora, después del aseo lo que tocaría para cualquiera de nosotros sería ir a la cocina a desayunar, sin embargo aquí hay un pequeño detalle que varía y es que el señor Quijano como saben era bastante pudiente, por lo que eso de ir a prepararse el desayuno como que es cosa de pobretones, mejor ir al Estudio a trabajar y que el servicio me sirva el desayuno en la mesa. Por ello, la siguiente habitación que nos encontramos es su Estudio.

   Máximo Díaz de Quijano se dedicaba principalmente a la abogacía, pero como saben también hacía sus pinitos en la música y además escribía en un periódico local, por lo que esta habitación debía ser importante para él. Sin embargo, es conveniente descansar de vez en cuando de tanto trabajo, así que el Estudio cuenta con acceso a un balcón de lo más curioso..

   Fíjense bien en la barandilla de este balcón, tiene forma de banco ¿verdad? ,y de hecho lo es ya que está pensado para sentarse, así que lo que ven es un balcón-banco o un banco-balcón forjado en hierro. Lo curioso es que el banco no apunta hacia fuera como cabría esperar, sino hacia dentro de la casa ¿por qué? ....a lo mejor porque Gaudí estaba tan orgulloso del Capricho que pensaba que era mejor apreciar su edificio que la vista exterior, sin embargo hay una explicación más plausible y que de nuevo nos lleva a conocer un poco mejor al hombre que encargó el Capricho.

   Veréis, hay dos banco-balcones en el Capricho, cada uno de los cuales apunta a dos salas, hay uno que da al Estudio y otro que da al Recibidor, pero ambos apuntan al Salón Principal que es la siguiente sala de la casa.

   Si se fijan en la foto, la puerta del fondo a la derecha da al Estudio y la de la izquierda a uno de los balcones-banco. De forma que quien se siente en el banco tendrá una buena vista del Salón Principal. Ahora bien, hay una cosa que no os he contado todavía del señor Quijano, y es que a pesar de su fortuna, a pesar de tu éxito profesional, Máximo era un hombre relativamente joven (45 años), resultón, soltero y dicen que bien dispuesto a celebrar fiestas y reuniones sociales de alta alcurnia.

  Así las cosa, el Salón Principal, que es un espacio amplio, bien iluminado y situado en el centro de la casa se convierte en el lugar perfecto para asombrar a las visitas y realizar fiestas donde las damas puedan sentarse en los balcones-banco, eso sí, sin perder de vista lo que se cuece en el interior de la sala.

   El suelo de la sala es de una especie de pino cubano muy resistente a la humedad, mal frecuente en esta zona de España, y también resistente al paso del tiempo ya que a pesar de tener 130 años y de toda la gente que lo ha pisado, parece casi nuevo.

   Otra curiosidad del Salón Principal y en realidad de todas habitaciones de la casa están en sus ventanas musicales. ¿Recuerdan que les comentaba que el señor Quijano era un gran aficionado a la música?, pues bien, Gaudí  concedió otro capricho más a su contratista y tuvo la genial idea de desarrollar un sistema de poleas y campanas en las ventanas de toda la casa de forma que cuando se suben o se bajan, el mecanismo hace sonar unas campanas internas y con ello una agradable musiquilla. En otras palabras, Gaudí creó una gran caja musical en toda la casa para Quijano...


   Continuando con la visita, la siguiente sala es El Recibidor en el que vale la pena fijarse en los trabajos realizados en madera y que también cuenta con acceso a un banco-balcón, y ya justo al lado está el Hall de Entrada para recibir a las visitas de la tarde. En el Hall hay más vidrieras con motivos geométricos y ambientados como no podía ser de otra forma en la naturaleza, unas vidrieras diseñadas para brillar con la luz del atardecer. También en el Hall hay unas escaleras de caracol para el acceso a la segunda planta, que es la zona reservada al servicio, así desde la entrada podían subir directamente a sus habitaciones para hacer sus tareas sin andar "molestando" a la nobleza...No obstante no se crean que Gaudí recluía al personal de servicio en una ratonera, el genial catalán se esforzaba en ennoblecer también estas zona...

...resulta curioso y práctico su diseño de envigado con forma de tijera para dotar a la estancia de luz y amplitud.

   Pero volviendo a la planta baja, finalmente nos queda una sala contigua al Hall de entrada, el Cenador que es la habitación que recibe los últimos rayos de sol en la casa y donde se cierra este peculiar ciclo Capricho-Sol. Como se habrán imaginado aquí es donde se cenaba, una sala repleta de nuevo de elementos tomados de la naturaleza que pueden ver tanto en el techo como en los arrimaderos o en la chimenea que debía crear un ambiente de lo más acogedor. Además también cuenta con una pequeña salita de fumar con vistas al patio, ideal para que Quijano se relajase después de un duro día de trabajo...o de fiesta.

   Esta habitación también se puede usar como sala de juegos o incluso dormitorio para invitados, pero nosotros todavía no nos vamos a dormir y vamos a volver al Hall de Entrada para continuar nuestra visita por el exterior del Capricho, así lo primero que veremos es el impresionante pórtico de entrada a la casa, que por cierto está plagado de curiosidades...

   Para empezar, como ya saben Gaudí tuvo muy en cuenta la situación geográfica de la casa para elaborar su diseño, y las columnas del pórtico son un fiel reflejo de esto, de hecho no están colocadas de forma aleatoria sino que cada una marca un punto cardinal, Norte, Sur, Este y Oeste.

   Otro detalle es que las columnas están rematadas con capiteles adornados con hojas de palmito y unas palomas anidando, siendo esto un símbolo del hogar inspirado en la naturaleza que como sabemos tanto agradaba al arquitecto y al cliente . Por otro lado, se puede apreciar que en las columnas que apuntan al Este y al Sur no esta tan detallado el palmito y las palomas. El motivo es porque hacía el final de la obra el señor Quijano tenía tantas prisas por usar la casa que se instaló incluso antes de que todos los detalles estuviesen rematados.

   Otro elemento que sin duda no se les habrá pasado por alto es la torre-minarete de la casa. En sus primeros trabajo Antonio Gaudí se sentía inspirado no sólo por la naturaleza, sino también por el mundo oriental y no dudó en crear esta torre-minarete que marca la silueta de la casa y que luego usaría en otras de sus obras. 

   Pero es importante que sepan que no la creó sólo por un "capricho", sino que como todo lo que Gaudí diseñaba también una utilidad práctica, sobre todo para el señor Quijano que es quién pagaba la factura. Y es que como recordarán, el dueño del Capricho era un indiano que había hecho su fortuna al otro lado del mar, pues bien, el único lugar de la casa donde se puede ver su añorado mar es precisamente desde lo alto de la torre.

   Y hablando de la capacidad de Gaudí de no dar puntada sin hilo, ahora quiero que se fijen en el balcón de hierro forjado...¿ven algo raro en su forma? probablemente si son músicos habrán notado que tienen la forma de nota musical, otro capricho para el aficionado a la música de Quijano, pero es que encima se trata de la clave de Sol y como ya saben el Sol y su búsqueda es lo que da sentido a esta increíble casa.

   Para rematar la jugada, no sólo la torre-minarete, sino absolutamente toda la fachada de la casa está salpicada por unos pequeños azulejos verdes, marrones y amarillos...

 ...y que representan Girasoles. El girasol es el símbolo del Capricho, no podría ser de otra forma, es una planta, lo cual es un regalo para un amante a la botánica y como su descriptivo nombre indica, gira durante el día buscando la luz de sol, exactamente igual que el objetivo de Gaudí con el Capricho, por lo que como dirían en tenis, juego, set y partido.

   Si se dan ahora una vuelta por los alrededores de la casa, uno de los mejores lugares para hacer una bonita foto es este...

   ...que está situado al oeste de la propiedad. Si se fijan podrán ver el pórtico de entrada de invitados, la torre-minarete o la salita de fumar que es la parte que sobresale de la fachada, también podrán ver en el suelo una zona con cesped salpicada con unos pequeños arbustos redondos, pues bien si observan este lugar desde el balcón de la segunda planta...


... tachán tachán¡¡¡ aparece la forma de una herradura que da nombre al patio. El motivo de esta singular forma pudiera ser para atraer la buena suerte, pero en realidad se empleaba como una especie de carril para que los carruajes llegaran, bajaran los invitados y sus equipajes y continuar bordeando la herradura sin interferir en otros carruajes.

   ¿Recuerda que les contaba antes que la casa se construyó sobre un terreno desnivelado? para nivelarla hubo que escavar y crear soluciones como un semisótano donde hoy pueden encontrar la tienda de regalos y que antiguamente contenía las cocheras, pues bien, el material sobrante lo aprovechó para crear muros de contención creando un jardín que ha sobrevivido al paso del tiempo como uno de los pocos proyectos de paisajismo que se conservan del arquitecto. Y si se fijan en la foto de arriba, verán en el fondo una especie de puerta y ventanita en el muro de roca...esto es el acceso a la gruta.

   ...hombre, la verdad es que el nombre de gruta le queda un poco grande, más bien se trata de una pequeña habitación iluminada ,donde uno puede encontrar un espacio confortable para los caluroso días del verano o una protección los días de frío y viento invernales. Sea como sea, la gruta nos vuelve a evocar el gusto por la naturaleza de los dos protagonistas del post y además debía de estar a la última moda en la época ya que hacía poco que se habían descubiertos muy cerquita de aquí las famosas Cuevas de Altamira.

   Con todo lo que les he contado acerca del Capricho, parece increíble pensar que Gaudí no visitara ni una sola vez su creación, de hecho, el escultor Joan Matamala escribió en sus memorias que Gaudí había hecho un viaje de incógnito a Santiago de Compostela entre los años 1883 y 1885 y que pasó por Comillas. Sea como fuese, hoy en día Gaudí está presente en el Capricho y si quieren pueden fotografiarse con el genio admirando su obra.

   Por ejemplo, aquí tienen a mi peque imitando la pose de arquitecto catalán, ¿no me negarán que no lo hace bien? jejeje....  me pregunto qué estarán mirando estos dos con ese gesto tan pensativo...

   Para finalizar el post, dejadme que os haga otra pregunta, esta casa ¿es un Capricho de Gaudí como se la conoce, es el Capricho de Quijano, o es el Capricho de ambos? cada cual que haga sus hipótesis, esos sí, ¿recuerdan que les contaba que Quijano tenía prisa por disfrutar de la casa y que incluso dejó sin terminar algunos detalles?...pues no era para menos ya que el pobre hombre falleció sólo una semana después de instalarse en la casa por lo que no la pudo disfrutar. Desde luego a este señor la herradura del patio no le trajo buena suerte.

   Para más información os dejo con el vídeo que proyectan en el invernadero del Capricho...
 

  Sólo me resta decirles que el Capricho es BIC desde 1969, no me refiero a que sea un bolígrafo que escriba color naranja o azul, sino que es Bien de Interés Cultural y se puede visitar por 5€ la tarifa general. Para más información sobre horarios y visitas aquí les dejo su página oficial.

   Espero que hay disfrutado la entrada y les sea de provecho.

  Un saludo.

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