Casariche y su tesoro romano. Un pasado por descubrir.

   Una de las cosas que más disfruto cuando viajo, y prueba de ello es este blog, es visitar los restos que han dejado antiguas civilizaciones, en especial los romanos.

   Por eso siempre es un placer descubrir lugares como el pueblo sevillano de Casariche, donde uno tiene la oportunidad de explorar una auténtica cantera romana.

   Situado a un kilómetro de Casariche, en lo alto del Cerro Bellido, se encuentra estas canteras de más de 2.000 años. Los romanos se dieron cuenta que era un sitio ideal para extraer la piedra que ellos denominaban "lapidicinae", así que aquí instalaron a muchos obreros, en su mayoría esclavos, quienes hacían el trabajo más duro para proveer de material al Imperio.

  Se han encontrado numerosos restos de edificios, cerámicas y herramientas que usaron estos trabajadores. En las canteras los había de dos tipos, por un lado estaban los serradores, quienes eran principalmente los esclavos encargados de extraer la piedra, y por otro lado estaban los escultores, de mayor rango y que se encargaban de darla forma. Como la cantera de Casariche es de piedra, no de mármol, aquí lo que abundaban eran los primeros.

   Los romanos, o mejor dicho, sus esclavos, realizaron numerosas catas para encontrar las mejores piedras. Luego, la extracción de la misma se hacía de forma escalonada. La primera capa de piedra, más estropeada debido a la erosión, se usaba para infraestructuras tales como carreteras, mientras que la segunda capa, de mayor calidad, es la que se usaba en edificios.

   En Córdoba hay restos en algunos edificios que se piensa que contiene piedra procedente de esta cantera. Estas piedras se extraían en forma de cilindro, dado que los romanos usaban una técnica de corte circular. Luego, desprendían el "rulo" de la roca haciendo tajos e introduciendo unas cuñas de madera que mojaban, y que al hincharse partían la piedra.

   Las canteras se formaron hace unos 200 millones de años, cuando Andalucía formaba parte del mar de Tetis, y por eso podemos encontrar abundantes fósiles marinos por la zona. 

   En la actualidad se ha a acondicionado toda la zona con especies arbóreas autóctonas, se ha instalado merenderos, y rodeado todo el perímetro de la cantera para poder visitarla sin peligro. Convirtiendo las canteras en una zona de ocio y aprendizaje, incluyendo un centro de interpretación.

   Además se ha construido un mirador de madera desde el que hay una maravillosa vista de 360ª  de la serranía andaluza y por supuesto de todo Casariche.

   El nombre del mirador es Ventippo, y no es casual, ya que el Cerro Bellido no es el único yacimiento de Casariche, sino que a tres kilómetros están los restos de una ciudad muy anterior a la invasión romana (se ignora la fecha de su fundación exacta). Aunque finalmente caería en manos de los romanos en el año 46 a.C. 

   Ventippo llegó a ser muy importante en el mundo romano, llegó a acuñar su propia moneda y fue participe importante en la Segunda Guerra Civil de la República de Roma. Ventippo apoyó en esta contienda a Pompeyo, pero sería finalmente Julio César quien la conquistó para su facción.

   Aunque  hoy en día Ventippo no tiene mucho que ver, dado que apenas hay restos visibles, todos los meses de julio el Cerro Bellido se transforma en la ciudad de Ventippo durante tres días, que son los que dura el Romanorum Festum Ventippo. Durante el festivalla gente del pueblo revive los usos y costumbres romanas con desfiles, mercados artesanales, disfraces, juegos, teatros y numerosas actividades para niños y mayores.

   Otro de los yacimientos de Casariche es El Alcaparral, una villa romana donde se han encontrado numeroso restos, sobre todos importantes mosaicos. Pero si quieren admirar su legado, lo mejor es acudir al CMMR, la Colección Museográfica Mosaico Romano de Casariche.

   Este museo, que abrió sus puertas en el 2.014, alberga piezas que muestra la importancia y riqueza que alcanzaron los romanos en estas tierras, sobre todo los mosaicos extraídos de El Alcaparral.

   El Alcaparral fue una villa romana del siglo IV d.C. que perteneció a un rico terrateniente aristocrático que comerció, sobre todo aceite, con Bizancio. Estas villas romanas son el antecedente de los Cortijos y Haciendas del sur de España.

   Las distintas habitaciones de El Alcaparral estaban decoradas con multitud de mosaicos que se han podido recuperar y se exponen en el CMMR. De hecho en el museo podrán contemplar hasta 6 mosaicos que estuvieron situados en el tablinum (despacho), el cubiculum (dormitorio) o en distintos Oecus (habitaciones). 

   Pero de entre todos estos mosaicos hay uno que destaca por su singular belleza y composición. Se trata de "El Juicio de Paris", un mosaico que nos remite a la legendaria Guerra de Troya, recogiendo el fallo del príncipe Paris.

   Los personajes que se pueden ver son las diosas Minerva, Juno y Venus, quienes intentan ganarse el favor de Paris con distintas ofrendas, aunque finalmente la ganadora sería Venus, después de que esta ganara su voluntad ofreciéndole el amor de la mujer más bella del mundo, la princesa Helena.

   Junto a Paris también se puede ver a Mercurio, el mensajero de los dioses que está aguardando la decisión final para comunicársela a Zeus.

   Por su parte Paris sostiene la causa de la disputa entre las diosas, una manzana dorada con la inscripción "para la más bella" y que dejó caer la diosa de la discordia Éride, quien estaba molesta por no haber sido invitada a la boda de Tetis y Peleo.

   En la escena, que destaca por su buen estado de conservación, por sus personajes y por su colorido excepcional, el artista creó un paisaje ilusionista con rocas y ramas secas donde las figuras alineadas destacan sobre un fondo neutro color blanco marfileño.

   Sin duda este mosaico es la joya de la corona del museo y realmente tuvo que resultar imponente situado en el Atrium de la Villa.

   Junto al Juicio de Paris, se pueden ver otros mosaicos originales, en su mayoría con representaciones de figuras geométricas y alegóricas...

   ...como este que se cree que es una representación de la Primavera y que estaba ubicado en uno de los Oecus de la villa. 

   Pero el museo no sólo muestra estas obras de artes romanas, también tiene una sala que acerca al visitante al oficio artesanal del mosaico, sus técnicas y las distintas fase de elaboración del mismo. Por ejemplo, ¿sabían que antes de colocar las teselas del mosaico hacía falta una ardua preparación del terreno que constaba de varias fases?...

   Efectivamente, la base de los mosaicos empezaba con una capa llamada Statumen que eran piedras y cerámicas de gran tamaño, luego estaba el Rudus, que era una capa de mortero de unos 25 cm hecha con 3 partes de piedra triturada y cal.

   Encima del Rudus añadían el Nucleus, también de unos 25 cm y compuesta de cerámica triturada y cal, y finalmente llegamos al Pavimentum que es una fina capa de mortero nivelada sobre la que se situaba las teselas en el Tesellatum.

   Como se pueden imaginar, los mosaicos eran cosa de ricos, y más aún si el mosaico contiene teselas azules de lapislazuli, una piedra semi-preciosa muy valiosa y apreciada por su intenso color y que provenía de Afganistán. 

   Si se fijan en el Juicio de París, el intenso azul envuelve las piezas centrales de la obra, lo que nos da una idea de la riqueza que tuvo que tener el propietario de la finca.

   Y hablando de mosaicos, no quiero cerrar la entrada sin mencionar una empresa municipal llamada Mosaicos Casariche, cuya instalaciones están justo debajo del museo

   Esta empresa se dedican a la reproducción de mosaicos, ya sean originales o con el diseño que quiera el cliente. Lo mejor es todos los trabajadores de la empresa son personas con discapacidad, por lo que al comprar nuestro mosaico también colaboramos con este colectivo.

   Y si prefieres montar tu propio mosaico, también puedes encargar a la empresa un kit con el dibujo o foto que quieras y ellos te enviarán todo lo necesario para que montes tu propio mosaico particular. Para más información la pueden solicitar en mosaicos@casariche.es. 

   Es hora de cerrar la entrada, pero antes quiero agradecer al equipo de aunahorade por permitirme descubrir un rincón de Sevilla que no conocía y que me ha encantado. Si quieren conocer mejor el proyecto aunahorade sólo pinchen aquí.

   Un saludo.

Comentarios