Colmar en Navidad: Un paseo lleno de magia.

   Supongo que será por el hecho de haber crecido sin ver la nieve, algo por otro lado normal siendo natural de Badajoz y viviendo en Sevilla, que siempre me han atraído los paisajes blancos y el ambiente navideño, y en especial los mercadillos de los países más fríos.

   Pues bien, en los últimos años he podido viajar a varios de esos pueblos que tienen unas navidades de cuento, y he de decir que los de la región de la Alsacia francesa se lleva la palma con lugares tan espectaculares como Estrasburgo, Eguisheim o el que os quiero hablar hoy, Colmar.

   Colmar es realmente bonito, con sus casas con entramados de madera y techos puntiagudos, sus calles empedradas, sus canales de la "pequeña Venecia"....todo es idílico, y por eso es la ciudad más turística de la Alsacia.

   Este dato ya nos dice que estamos ante un lugar especial, lleno de gente...pues si, pero también muy especial, y más aún si lo visitan en la época navideña, donde engalanan la ciudad como si fuese un sueño, y todavía más aún si lo visitan de noche, donde comienza la magia de las luces.

   Pasear por Colmar es ir descubriendo rincones con encanto que te impiden avanzar sin poder guardar la cámara ni un momento,

   ...y por si fuera poco también cuenta con edificios maravillosos como por ejemplo la Maison des Têtes, calificada como monumento histórico.

   Este edificio singular, fue levantado en el año 1.609 por Anton Burguer, un rico comerciante que llegó a ser alcalde del pueblo.

   Lo curioso de este edificio, que por cierto da nombre a la calle, es que "tête" significa en francés "cabeza", y es que esta "Casa de las Cabezas" tiene repartidas 106 cogoteras por toda la fachada, algunas tan graciosas como esta...

   A lo largo de los años, la "Casa de las Cabezas" fue cambiando de dueños, por ejemplo fue propiedad de un tesorero, de un capitán de infantería o incluso de una bodeguera que encargó a Auguste Bartholi ,un escultor local del que os hablaré en el próximo post, una estatua de bronce.

   Bartholi creo un tonelero alsanciano para coronar el edificio en el año 1.902, pero lo que hoy vemos es una copia de estaño.

   Actualmente, el edificio es un hotel de lujo y un restaurante que cuenta, desde el 2.017, con una estrella Michelín, por lo que podemos afirmar que este monumento sigue haciendo historia.

   Justo en frente de la Maison des Têtes nos encontramos con otro edificio que, aunque no tenga la categoría de monumento histórico, resulta de lo más llamativo en estas fechas...

   ...se trata de la Villa y el Museo de Hansi, otro de los ilustres vecinos de Colmar. Jean-Jacques Waltz, más conocido como Hansi, fue un artista francés que trabajo en un inicio dibujando postales y programas para eventos, así como creando obras donde se burlaba de los turistas alemanes.

   Hay que tener en cuenta que la Alsalcia a cambiado varias veces de manos, pasando a ser germana por la fuerza durante las Guerras Mundiales. Hansi no tenía ningún aprecio a los germanos, y sus obras satíricas, que tuvieron un gran éxito en Francia, causaron el efecto contrario en Alemania, hasta el punto que siempre fue perseguido y tuvo que vivir exiliado algunos años. Finalmente falleció por las heridas causada tras un ataque que los nazis tramaron contra su persona.

   Ni que decir tiene que Hansi es muy querido en la Alsalcia, al fin y al cabo fue un héroe de guerra que se opuso al invasor, y además es un embajador de las tradiciones populares alsalciana gracias a sus ilustraciones, acuarelas y dibujos, sobre todo de niños orgullosos de su tierra.

   Lamentablemente no disponíamos de mucho tiempo para visitar Colmar así que preferimos no entrar en el Museo, pero eso no nos impidió ver algunas de las obras de Hansi.

   Verán ustedes, otro de los encantos de Colmar, y en general de los pueblos alsalcianos, son los antiguos carteles que pueden ver colgando de las fachadas de viejos edificios. Como por ejemplo este...

   Estos anuncios publicitario de otra época son realmente bellos y muy antiguos. En ellos se anuncia el servicio que ofrecían (y que algunos todavía ofrecen) en el local. Por ejemplo este de aquí arriba anunciaba una charcutería.

   Lo genial es que si hacemos zoom en el cartel y nos fijamos en la firma del mismo...

...¡ta chan! pues nos encontramos que es obra de Hansi, así que este cartel, que ya aparece en una ilustración del propio Hansi de 1.938, probablemente tenga casi 100 años de historia.

   Es divertido ir buscando estos carteles colgantes e intentar adivinar qué es lo que nos querían vender..

   ...este supongo que sería una antigua botica, o quizás la casa de algún alquimista jajaja.

   De todas formas, no estén mirando todo el tiempo al cielo o se perderán detalles en el suelo....como por ejemplo...

...¿qué hace una señal de la Estatua de la Libertad en Colmar?...en el próximo post se lo cuento.

   Por lo pronto, siguiendo con nuestro paseo por la ciudad, en seguida llegamos a la Plaza de los Dominicanos, y en ella descubrimos uno de los mercadillos navideños de Colmar, dedicado a productos artesanos, velas navideñas y aromáticas, y productos textiles...

   ...y por supuesto vino caliente especiado que aquí recibe el nombre de Le Vin Chaud.

   Pero entre tantos puestos, me llamó la atención el de venta de abetos navideños...

   ...y es que me pasé un rato intentando adivinar para qué valdría ese tubo metálico con una maya blanca alrededor, hasta que alguien compró un abeto y resultó que lo metían por el tubo, que tiene forma de embudo, y el árbol salia por el otro lado envuelto en la maya y listo para transportarlo a casa. ¡ Que ingenioso!.

   Aunque para abeto espectacular, el que nos encontramos unos pasos más adelante en la Plaza de la Catedral...

   En esta plaza no dimos de bruces con este espectacular árbol, que en realidad era una atracción de feria navideña, donde podías montarte dentro de los adornos navideños en forma de bolas de colores y que dar vueltas alrededor del tronco.

   Mi hija de 3 años literalmente "lo flipó", y se montó un par de veces con la mami, cosa que yo aproveché para ver por fuera la Iglesia de San Martín.

   Hay que señalar que la Plaza de la Catedral conlleva a engaño, ya que aunque los vecinos la llamen catedral, o también colegiata, debido a que fue ambas cosas con anterioridad, lo cierto es que actualmente es una iglesia, espectacular con su 71 metros de torre, pero una iglesia nada más. Pero aun así, esta iglesia esconde algunas sorpresas extrañas en su fachada....como por ejemplo esta...

   Lo que ven es una judensau, es decir, una imagen antisemita de origen medieval que los cristianos usaron para humillar a los judíos. Estas imágenes se han encontrado en al menos 30 monumento de todo centro Europa, sobre todo en Alemania, pero también en Bélgica, Suiza, Polonia, Austria, Suecia o Francia.....para que luego nos preguntemos cómo pudo suceder...

   Así en la imagen, que esta datada en el siglo XIV,  lo que vemos es un judío en "contacto" con una  gárgola. En la iglesia hay otra judensau donde el judío esta en contacto directo con una cerda. El motivo es que para los judíos la carne de cerdo se considera impura, así que la humillación hacia ellos es todavía mayor.

   Hoy en día usar la palabra judensau (cerda judía en alemán) está tipificado como delito en Alemania, Austria y Suiza.

   La otra sorpresa de la iglesia es esta figura que vemos en el pórtico de la fachada oeste...

   ¿y qué es lo que tiene de raro esta figura aparte de por ser bastante cabezona?....pues para descubrirlo sólo tienen mirarla desde abajo...

   ...no tengo ni idea del motivo por el que decidieron tallar los genitales de la misma, dado que no es visible a primera vista. Quizás sea una censura al pecado, o quizás un aviso a los viajeros demasiado curiosos....jejeje.

   En fin, sea como sea, justo enfrente del pórtico donde esta nuestro amigo el exhibicionista, y sin salir de la plaza, podemos encontrar dos edificios singulares de Colmar, por un lado tenemos Le Corps de Garde.

   Este bello edificio público de estilo renacentista fue en su día el ayuntamiento de la ciudad, pero hoy en día es el cuartel de la policía de Colmar.

   Se construyó en 1.575 sobre los restos de un cementerio y una antigua capilla (la capilla de Saint Jacques), de hecho todavía se pueden ver los arcos de la misma en la parte derecha del edificio. Al igual que la Maison des Têtes, Le Corps de Garde también esta considerado un monumento histórico.

   El otro edificio a destacar en esta plaza, y que también es monumento histórico por, entre otras razones, estar considerada la casa más antigua de Colmar, es Maison Adolph.

   Esta bella casa se construyó alrededor del 1.350, pero ha sufrido muchos cambios a lo largo de los siglos. Por ejemplo, el tercer piso y la parte superior con entramado de madera se agregaron en el siglo XVI. A sus pies hay un fuente datada en 1.592 y que al principio estuvo instalada en la vecina Rue des Marchans (de los comerciantes) que está justo en las trasera de la casa.

   Precisamente ahí es donde vamos ahora ya que en esta calle hay otras casas interesantes, como la que está situada justo a espaldas de Maison Adolph, me refiero a Maison Zum Kragen.

   Esta casa, verde pistacho con entramados de madera, también tiene la consideración de monumento histórico, sin embargo es un poco mentirosilla. Por ejemplo, en la misma fachada indica que es del 1.419, sin embargo la casa original de derrumbó en 1.586.

   Además, el símbolo de esta casa, la estatua de madera policromada fechada en 1.609, originalmente estaba en otra casa de Colmar y fue traslada hasta aquí.

   Por cierto, se trata de un pañero barbudo vestido de época.

   Pero si hubiera que destacar una casa en Colmar esa sería sin duda Maison Pfister, la casa más bonita y conocida de la localidad, aunque eso, y el misterio de la Estatua de la Libertad os lo contaré en el próximo post donde continuaré mi paseo por bella urbe francesa.

   Espero que les haya gustado,

  Au Revoir!!


Comentarios

  1. Viajar es como abrir un libro de cuentos lleno de maravillas. Descubrir nuevos lugares, culturas y paisajes nos permite experimentar la magia de la diversidad y expandir horizontes inimaginables

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